No se me ocurre nada, ayer estuve en la feria de día en Torre del Mar, y después un rato de piscina en casa del novio de una amiga.
Anoche no salí, hoy debía madrugar. Casi todos mis amigos salieron anoche. Anoche podría haber forzado al destino para cruzarme con Pablo. Al cual el destino no quiere que conozca.
Normalmente me dejo llevar por el destino, o como a mi me gusta decir, por mi suerte.
Hasta ahora mi suerte no me ha fallado, al menos no demasiado. Ella es la culpable de que haya mantenido el contacto con la gente adecuada, y lo haya perdido con quienes no son buenos para mí.
Siempre he encontrado a la persona adecuada en el momento oportuno. Pongamos un ejemplo; a Fanny la conocí uno de los años que considero más difíciles de mi vida. Cuando me he sentido más solo, más desatendido, siempre encontré ahí una persona que me tendiese una mano. Por ejemplo, en Málaga, cuando me sentía más solo encontraba alguien nuevo, y después cuando tuve algo más de confianza con ella, Marina, estaba ahí para lo que pudiese necesitar, para hablar de lo que fuese como antiguos amigos.
Si después de esto sigues sin creer en el destino no te cumplo, pero te voy a dar otro ejemplo más que se me viene a la cabeza, y por cierto es bastante reciente.
El domingo pasado quedé con Elena, Fanny y su novio. Fuimos a dar una vuelta por el paseo marítimo. Cogimos la cámara de Fanny para hacer algunas fotos. Cuando llegamos al paseo sacamos unas 3 o 4 fotos. Después de eso guardé su cámara en mi bolsillo.
Cuando llegaron las 8 de la tarde nos despedimos porque Fanny y su novio ya se iban. Primero los vimos de irse en dirección contraria de donde tenían el coche, así que les dimos un grito y se lo dijimos. Elena y yo nos fuimos en esa dirección pero bastante más rápido que la pareja, la diferencia entre estar acaramelados y no estarlo. Después de eso nos sentamos Elena y yo en un banco del paseo, y al rato vimos a la parejita pasar por delante de nosotros y nos volvimos a despedir. Algo después de que pasaran nos volvimos a poner en movimiento en dirección de un puesto donde había libros y les íbamos a echar un vistazo. Nos volvimos a cruzar a la pareja de camino hacia allí, que ellos venían de vuelta. Y de repente me acordé, me eché la mano al bolsillo y le devolví a mi amiga su cámara.
¿Casualidad o destino?
Ya mi suerte me ha salvado de meter la pata en alguna ocasión, una vez estaba medio encaprichado con alguien y habíamos quedado una tarde, pero al final no pudo. Me conozco y sé que si hubiéramos quedado me habría encaprichado de verdad. Pero por suerte, y nunca mejor dicho, me salvé.
Normalmente mi “suerte” no me ha fallado por eso nunca ha habido razón para ir en contra de ella. Ahora por primera vez voy en su contra. ¿Será lo correcto? No puedo saberlo, me arriesgaré, no puede pasar nada malo, o sí.
Esta noche puede que el destino pierda la partida, ahora mismo está en jaque. Yo elegiré como quiero vivir mi vida, no la dejaré en manos del destino ni en manos de nadie. Normalmente he tenido mi suerte como una ayudita, pero ahora hay que hacerle ver quien manda.

Editado 26/7/10
Anoche tuvimos una posibilidad de ganar al destino, lo tenía en jaque, pero tuvo un golpe de suerte y se salvó del mate.
Habiamos estado hablando sobre qué forma teníamos de vencer al destino anoche. Él dijo que ya nos cruzariamos, pero en la feria de Torre del Mar lo difícil es cruzarse con una persona, porque hay demasiada gente. A mí se me ocurrió que podriamos quedar en alguna parte. Y al final dijimos que si yo podía le daría un toque antes de las 12 y nos veríamos en la puerta de la feria.
Había quedado con la gente a las 9.30 en la puerta del mercadona. Llegamos algo mas tarde, pero aún así tuvimos que esperar a gente que faltaba por llegar. Mientras nos pusimos en movimiento, encontramos un sitio donde comer, nos traian la comida y comimos nos dieron las 11.30
A esa hora nos pusimos en dirección al paseo, al que llegamos poco después. La gente iba en dirección contraria a la feria y me quedé extrañado. Iba hacia el copo, como todos los fines de semana, yo dije que para una vez que es feria podríamos ir, y tras discusiones y peleas nos pusimos a andar en dirección a la feria.
Pasamos por la puerta de la feria a mas de las 12, ya era demasiado tarde para vernos en la puerta. Entramos en la feria y nos pusimos a dar vueltas. Yo en todo momento estaba pendiente de la gente que pasaba por un lado y por otro por si lo veía, pero no fue así. Es más, solo me encontré a una persona que conocía, y que ya hacía tiempo que no lo veía. Nos montamos en un cacharro y dimos un poco de vuelta aunque ni siquiera quisieron recorrerse la feria entera, y como estaban medio enfadados conmigo yo me callé esta vez.
Se iban otra vez en dirección al copo, yo me iba con Andrea y con Ana a las 2, pero ya era más de la 1 así que iban a llegar las 2 antes de ir y volver así que nos fuimos directamente.
Esta vez el destino se ha salvado del mate. A la síguiente moveré mejor mis fichas.
El destino baraja las cartas y nosotros las jugamos.
ResponderEliminarEn realidad, nunca he creído en el destino. Nada está escrito en las estrellas, como dicen los místicos. Soy más realista, y el destino se construye día a día, con hechos, con una constante elección de caminos por los cuales aceptas o descartas ir. Algo así como en aquellos cuentos, que decía: "Si quieres que Caperucita pase por el bosque, ve a la página 4. Si quieres que vaya por un sendero de flores, a la página 6".
^^