***
Recuerdo como si fuese ayer aquel mes de marzo que ahora veo tan lejano, como si hubiera pasado todo hace años. Aquella foto que subí en enero a tuenti para ver si convencía a alguien para que viniese conmigo a valencia. Al final entre mi amigo y yo conseguimos convencer a mi amiga Elena.
Creo que si no la hubiera convencido poco antes del día de irnos me hubiera echado atrás. Y la verdad es que hasta teniéndola a ella estuve a punto de decir que al final no iba. Pero me alegro de no haberlo hecho. Los nervios me comían los días previos al viaje. La noche antes apenas concilié el sueño.
El viaje tuvo sus pequeños sobresaltos, incluso vi un muerto que se había tirado desde un puente, casi pierdo algún bus y cosas así. Cuando al fin cogí el último bus con Elena estábamos los dos muy nerviosos por el viaje y nos pasamos toda la noche hablando, hasta una señora mayor nos regañó.
Cuando nos bajamos en la estación de bus no había nadie esperándonos y eso que debía estar mi amigo y un amigo de Elena. Llamé a Edu y decía que estaba de camino, al par de minutos llegó. Elena lo vio antes que yo, me dice un larguirucho viene corriendo hacia aquí, miro y sí, no había la más mínima duda de que era él. Era tal y como yo creía.
Desde el primer momento que nos vimos tuvimos cierta complicidad que a mi siempre me ha costado tanto tener con la gente, con poca gente he tenido una complicidad parecida y con esa gente antes de llegar a tenerla hemos pasado mucho juntos, pero con Edu fue diferente.
Desde el incidente con la maleta hasta la despedida tan emotiva (y eso que a mi no me gustan las despedidas), hubo una complicidad sin igual. Muchas veces sabíamos lo que pensaba el otro solo con mirarnos (o con decir “la hora”).
Echaré de menos esas tardes/noches con “Segismundo” y “Spoty”, bien que nos lo pasábamos tu, yo y raqueleta. Creo que el único que no se divertía con eso era Noé. También echaré de menos la compañía que nos hacíamos para las comprar en el Mercadona y las risas que nos echábamos. Las carreras en el metro para no perderlos.

Fue una semana extraña, creo que el primer día que estuve allí fue el mejor, habiendo dormido una hora escasa, nos recorrimos casi todo el centro de Valencia, primero para buscar un sitio donde comer, y terminamos en un McDonals a las cinco de la tarde. Y después nos terminamos de recorrer el centro con Álvaro. Fue divertida la tarde. Y para más esa noche salimos hasta las cuatro o así y no estuvimos más rato porque no quisiste (y yo era el que había dormido dos horas la noche antes).
Otra cosa que no olvidaré serán esas noches cuando volvíamos de fiesta y nos poníamos a comer patatas y pepinillos antes de dormir. Las risas y las lágrimas que brotaban algunas noches.
En fin, creo que no olvidaré esa semana y media que estuve allí, como te dije en la despedida, volveré, aunque no sepa ni cómo ni cuándo.
Pd. Tú también podrías venirte a Málaga. Estás invitado.
Otra cosa que no olvidaré serán esas noches cuando volvíamos de fiesta y nos poníamos a comer patatas y pepinillos antes de dormir. Las risas y las lágrimas que brotaban algunas noches.
En fin, creo que no olvidaré esa semana y media que estuve allí, como te dije en la despedida, volveré, aunque no sepa ni cómo ni cuándo.
Pd. Tú también podrías venirte a Málaga. Estás invitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario